Si, ya sé, todavía faltan 18 días para Sudáfrica 2010, y aún más, 19 días para el esperado debut de Argentina ante Nigeria. Pero el Mundial empezó hoy. ¿Por qué? Porque, como cualquier conocedor sabe, se juega como se entrena. Cual alumno aplicado que sabe que su nota de define en el estudio de la semana, y no en 120 minutos de examen, Maradona sabe que el destino de la selección depende de su preparación. Y hoy empezó. Hoy jugaron todos juntos por primera vez. Hoy se olvidaron de sus clubes, sus torneos locales, y se metieron de cabeza en la selección. Hoy Argentina jugó, por primera vez, como va a jugar en el Mundial, con suerte. Hoy Tevez fue el del Manchester City. Hoy Jonás Gutiérrez mostró su predominio por la banda derecha. Hoy Maxi Rodríguez volvió al nivel al que nos tenía acostumbrados. Hoy Heinze fue uno más en el ataque, en vez de uno menos. Hoy Burdisso y Otamendi estuvieron seguros, no hubo dudas. Hoy Pastore fue el conductor del equipo, e hizo jugar a sus compañeros. Hoy Di María dio destellos de la calidad de su zurda. Hoy Higuaín fue profundo y encaró al arquero, aunque no tuvo la suerte de convertir. Hoy Agüero se acordó de las gambetas que lo hicieron grande en Independiente. Hoy Mascherano...bueno, Mascherano fue la misma fiera de siempre. Hoy Argentina fue un equipo. Hoy empezó el Mundial.
La tarde había empezado preocupando al hincha argentino, que veía el triunfo de Korea del Sur, rival de la selección en el Mundial, por 2-0 sobre Japón, con gol de su capitán y figura Ji Sung Park (jugador del Manchester United) y Park Chu Young (del Mónaco). Sin embargo, la actuación del equipo de Maradona borró esa preocupación, borró las polémicas de la famosa lista de 23. Borró el mal gusto que habían dejado las eliminatorias y en cierto punto los amistosos. Dirán que el rival fue endeble. Remarcarán la lentitud de sus defensores, la falta de ideas de una delantera que se parecía más a la revista del cable, con "Simpson" y "Friend" a la cabeza. Tendrán razón, pero no opacarán el gran trabajo de la albi-celeste. Porque este equipo Canadiense salió a defenderse, metió 7 jugadores al borde del área, y los otros 3 atrás de mitad de cancha. Un planteo que había complicado a Argentina en varias ocasiones, contra equipos tan débiles como este. Es cierto que el abultado 5-0 queda para la anécdota, pero el rendimiento de la selección es para destacar. Es que hoy por primera vez cada uno de los jugadores cumplió con su función, se vio de cada uno lo que se esperaba. La defensa fue inexpugnable, con Burdisso y Otamendi perfectos. Los laterales fueron opciones de ataque, sobre todo Jonás Gutiérrez, cuya proyección por derecha le dio libertad a Maxi Rodríguez, quien se convirtió en una de las figuras de la cancha. Mascherano fue el cacique en el medio, pero no sólo defensivamente (como ya re-confirmó todas las veces que fue necesario), sino que también lo fue con la pelota en los pies, distribuyendo para generar salidas claras de Argentina, la base del buen funcionamiento ofensivo. Pastore no entró tanto en contacto con la Nº5, pero tuvo movilidad, siempre fue opción de pase, siempre devolvió con calidad, y en varias ocasiones dio asistencias exquisitas para desacomodar a la defensa rival. Además se lo vio seguido llegando al área, como lo hiciera en el recordado Huracán de Ángel Cappa que lo llevó a la gloria. Di María fue punzante, tuvo profundidad, buscó definir las jugadas con clase y metió un golazo que revela su gran nivel. Arriba, Tévez fue la figura del equipo, luchando, pidiendo la pelota, encarando y eludiendo a los rivales, fue el mayor dolor de cabeza de los canadienses y llegó a su merecido gol tras el pase de Higuaín. El hombre del Real Madrid también participó exitosamente del circuito del equipo. Fue por adentro y por afuera, le faltó convertir en dos mano a mano de zurda. Desde el banco, Verón le dio claridad a la selección, le sacó presión a Mascherano y a Pastore en la creación. Sergio Agüero coronó el triunfo con una joya, 2 minutos después de haber entrado. Un gran gol, con definición muy similar a la del recordado 4-0 contra Racing en la ya vieja Doble Visera.
Mirá los goles:
No quedan dudas de que Argentina redondeó un buen triunfo. El rival no estuvo a la altura, pero nunca está de más sumar en confianza para un torneo tan exigente y fugaz como el Mundial. Sólo preocupa el hecho de que el esquema que tan bien funcionó no es el que Diego piensa usar en Sudáfrica, y sus intérpretes en gran parte tampoco lo son. Hoy faltaron Demichelis, Samuel y Messi. Verón no estuvo desde el arranque, y Jonas Gutiérrez y Otamendi jugaron en puestos diferentes de los que seguramente ocuparán en el Mundial. ¿Podrá repetirse este mismo nivel con otro dibujo, y otros jugadores? Es imposible saberlo, pero está claro que un rendimiento como este le dibuja una sonrisa a cualquier argentino, y da buenos motivos para soñar con la Copa del Mundo.
Darío Kullock
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